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La industria de los videojuegos es de titanes. Existen pocos jugadores de peso pesado y cientos de pequeñas empresas e individuos que le “han pegado” sobre todo en apps para móviles y han sido caso de éxito (y noticioso). ¿Qué pasa en México? Lo mismo de siempre. Nada.
Llegó información a la redacción de unocero donde la ESA (Entertainment Software Association) que entre otras cosas tiene el negocio de la feria E3 en Los Angeles (la mayor expo del tema) invita a participar en el “Primer Concurso Nacional Videojuegos MX”. ¿Videojuegos? ¿Concurso nacional? ¡Vaya! Igual y el siguiente GTA sale de México, o ya por lo menos algún FPS como Call of Duty, bueno, no, tal vez no. Y veamos por qué.
Para comenzar hay que distinguir de un evento “para quedar bien” y “para llamar la atención” de una verdadera vocación para desarrollar cualquier tipo de industria en cualquier sector y país. La ceremonia de presentación del pomposo concurso, a la que no asistí, contó con la participación de, tomen un descanso para la larga lista: Secretaría de Economía a través del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), PROMÉXICO, y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). INFOTEC y el Centro de Cultura Digital (CCD). De la IP, fueron La Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI), la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) y la Asociación Nacional de Instituciones de Educación en Informática, (ANIEI). ¡Qué cartel tan nutrido y efectivo! Vaya, están casi todos los que tienen que estar para impulsar la creación de videojuegos en México, por mexicanos.
Todo bien. Digo, la idea es buena, el concurso se me hace ocurrente y tal vez con algún viso de potencial para descubrir igual un par de buenas ideas, pero la desilusión total llegó cuando vi los generosos y cuantiosos premios que seguramente a más de uno se le antojarán, sobre todo por la proyección a largo plazo que puede representar ganar el concurso (sí, leer con sarcasmo).
Resulta que habrá nueve ganadores, divididos en tres categorías. Para empresas, el primer lugar se lleva $50,000 pesotes y un diplomado en línea (ojo, en línea, no presencial). Nadie desprecia esa cantidad de dinero ni mucho menos, pero tanto bombo y platillo de un concurso nacional con tanta celebridad, perdón, autoridad involucrada y sendos representantes de la IP y la organización ESA haciendo sus pininos en México, ¿para otorgar un flamante premio de 3,225 dólares? (con el tipo de cambio a 15.50).
No sé si me estoy perdiendo de algo o si de plano ya estoy orbitando en otras dimensiones, pero se me hace una muy baja cantidad de dinero para incentivar a los posibles participantes en el concurso. Ojo, no quiero sonar a que no es nada de dinero, pero digamos, si unocero convocara, entonces sería algo más o menos en relación con el tamaño de esta empresa, pero tanto organismo público y privado, ¿no pudieron juntar algo más jugoso? Y no me refiero sólo al dinero, tal vez cursos, carreras, postgrados en diseño de videojuegos, programación, no en México obvio. El total de la bosa de premios en dinero será de unos 9,677 dólares.
Pensar en “chiquito” siempre dará resultados iguales, “chiquitos”. Exactamente como la industria del desarrollo de videojuegos en México, que es prácticamente inexistente en el mercado global donde hay pesos, muy, muy pesados. Ah, pero qué bien salen todos en “la foto” cumpliendo con mandatos sexenales y quedando bien con los jefes y “apoyando el talento mexicano, que sabemos que hay” y que al parecer se ha acostumbrado a conformarse con muy poco.